viernes, 28 de enero de 2011
viernes, 21 de enero de 2011
Del temor a las nauseas y otros males indiscretos
Pobre de aquél día en que María se levantó sintiendo nauseas. Se alzó pronta al baño y, animóse entonces el autor a relatar a continuación un extraño tópico, expulsó María aquello que no había desayunado. Corrió, no, corrigióse el cronista, caminó con parsimonioso paso a la farmacia, palabra indudablemente más moderna que botica, felicitase el autor por la elección de vocablo, María pidió un brebaje contra las nauseas, a lo que la farmacéutica del barrio, mujer robusta y atenta a las novedades del vecindario, preguntó socarronamente “¿No estarás embarazada vos, no?” y la dulce María, con retorcijones en la panza, negó con la cabeza, pidió un Reliverán y sin decir más, abrió la puerta a la calle y se encaminó parsimoniosamente a su trabajo. Cuadra tras cuadra, María revivía el levantar abrupto de su mañana, y al llegar a su lugar de empleo, si, mejor así, de modo de no repetir la palabra trabajo díjose el relator, María se dirigió silenciosamente a la cocina y abrió cuidadosamente el Reliverán para no ser descubierta. Al caer la primera gota, de 30 que debía mezclar con agua, en la puerta, vislumbró María la nariz y luego toda la cara de uno de sus jefes, quien abriendo los ojos y sonriendo ligeramente mencionó, “¿Tenés nauseas?¿no estarás embarazada?”, mientras que María volvía a negar la afirmación con la cabeza y terminaba de colocar la gota 30.
Con el pasar de los días, María dejó atrás las nauseas, el Reliverán, los retorcijones en la panza y el atracón del día domingo de asado familiar, tiramisú de la abuela y alfajores que trajo la tía Moni de Mar del Plata.
Pobre de aquél día en que María se levantó sintiendo nauseas. Se alzó pronta al baño y, animóse entonces el autor a relatar a continuación un extraño tópico, expulsó María aquello que no había desayunado. Corrió, no, corrigióse el cronista, caminó con parsimonioso paso a la farmacia, palabra indudablemente más moderna que botica, felicitase el autor por la elección de vocablo, María pidió un brebaje contra las nauseas, a lo que la farmacéutica del barrio, mujer robusta y atenta a las novedades del vecindario, preguntó socarronamente “¿No estarás embarazada vos, no?” y la dulce María, con retorcijones en la panza, negó con la cabeza, pidió un Reliverán y sin decir más, abrió la puerta a la calle y se encaminó parsimoniosamente a su trabajo. Cuadra tras cuadra, María revivía el levantar abrupto de su mañana, y al llegar a su lugar de empleo, si, mejor así, de modo de no repetir la palabra trabajo díjose el relator, María se dirigió silenciosamente a la cocina y abrió cuidadosamente el Reliverán para no ser descubierta. Al caer la primera gota, de 30 que debía mezclar con agua, en la puerta, vislumbró María la nariz y luego toda la cara de uno de sus jefes, quien abriendo los ojos y sonriendo ligeramente mencionó, “¿Tenés nauseas?¿no estarás embarazada?”, mientras que María volvía a negar la afirmación con la cabeza y terminaba de colocar la gota 30.
Con el pasar de los días, María dejó atrás las nauseas, el Reliverán, los retorcijones en la panza y el atracón del día domingo de asado familiar, tiramisú de la abuela y alfajores que trajo la tía Moni de Mar del Plata.
viernes, 12 de noviembre de 2010
jueves, 19 de noviembre de 2009
Qué buscas?
Un día salí a caminar y me encontré con la vida.
Le pregunté hacia dónde iba y no supo qué contestar.
Su ausencia de respuesta produjo una tristeza hasta entonces desconocida para mi.
No era posible que después de haberme preparado para tantos planes, tantos proyectos, la vida misma se mostrara incierta, llena de dudas del porvenir.
Juntas nos dejamos guiar por el viento un buen rato, pero pronto noté que eso nos era insuficiente, nos planteaba como seres frágiles, dúctiles a cualquier cambio, temerosos de nuestro destino. Devino el tiempo de tomar decisiones, la vida quizo aferrarse a los caminos que ya conocía, mientras que yo necesitaba explorar nuevos senderos, que nos hicieran crecer y fortalecernos. La vida y yo, confrontadas, nos detuvimos a pensar...
qué buscas? pregunté
todavía no lo sé - respondió
entonces decidimos conocernos más, con miedos y expectativas, sabiendo que el proceso resultaria duro pero reconfortante a la vez, ya que pactamos el firme propósito de hacernos cargo de cada decisión que tomaramos de aquí en adelante...
lunes, 9 de noviembre de 2009
martes, 27 de octubre de 2009
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